La ansiedad materna se asocia con trastornos del comportamiento en los niños, dificultades de carácter, adaptabilidad, hiperactividad, déficit de atención y desarrollo cognitivo. En estos casos, se encontraron niveles altos de cortisol materno en la saliva. Cabe señalar que durante el parto, el feto entra en contacto con las bacterias que viven en la vagina materna. Estudio prospectivo de 118 mujeres embarazadas atendidas en el Servicio de Ginecología y Obstetricia Psicosomática del Hospital Materno Pediátrico de Málaga debido a tratamientos de ansiedad, depresión o psicofarmacológicos. Descubrieron que el estrés materno estaba asociado con telómeros más cortos en los bebés, pero no con el estrés materno.
El hecho es que las hormonas producidas por la madre parecen ser la clave de la influencia del estado de ánimo materno en su hijo. El estudio se hace eco de otras investigaciones recientes que encontraron un impacto directo del estrés materno en el desarrollo futuro del bebé. Otra investigación publicada este mes descubrió que el estrés materno, incluso antes de la concepción, puede acortar la longitud de los telómeros del bebé. Otras dificultades se deben a la intensidad de la depresión materna y, más raramente, a las dificultades causadas por enfermedades graves en los recién nacidos, así como a las expectativas de calidad de vida que puedan tener y se deberán, en última instancia y en menor medida, a los conflictos conyugales.
El estudio se llevó a cabo en el Servicio de Ginecología y Obstetricia Psicosomática del Hospital Materno Pediátrico Carlos Haya de Málaga.