La violencia puede tener un impacto negativo en la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres y, en algunas situaciones, aumentar el riesgo de infección por el VIH. La violencia contra las mujeres se puede prevenir. La interacción entre estas expectativas sociales y la discriminación estructural aumenta la probabilidad de que se produzca violencia contra las mujeres. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas ha definido la violencia de género como todos aquellos actos que tienen como resultado daños psicológicos, físicos o sexuales a las mujeres, que tienen lugar en la vía pública o detrás de las puertas de una propiedad privada.
Está claro que es crucial apoyar a las mujeres y las niñas que se enfrentan a las causas y consecuencias de la violencia de género, por ejemplo, garantizando el acceso a la justicia, la vivienda y la protección, independientemente de si la violencia se produce en el hogar o en el trabajo. Están interesados en las relaciones y las características del entorno social de la persona, y los resultados muestran el impacto del apoyo social en la salud y el ajuste psicológico y social de las personas. Su importancia radica en las áreas físicas, emocionales, de salud y bienestar de las personas (Gracia, 199). Se cree que el estrés traumático es el principal mecanismo que explica por qué la violencia contra las mujeres por parte de su pareja puede provocar posteriores intentos de suicidio. Defensa; ante las denuncias y ataques anteriores de cualquier forma de violencia o desprecio por los derechos y oportunidades de las mujeres, abolición de la autocomplacencia obligatoria y la victimización. Sin embargo, para romper el ciclo de la violencia contra las mujeres, las intervenciones políticas deben ser a largo plazo, cambiando las normas sociales discriminatorias, cerrando las brechas de género, ya sea a nivel educativo, económico o social, o creando conciencia sobre la violencia contra las mujeres.
Debemos considerar la sororidad, que se define como la experiencia subjetiva de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y a una alianza existencial y política de cuerpo a cuerpo, subjetividad y subjetividad con otras mujeres, a fin de contribuir a la eliminación social de todas las formas de opresión y apoyo mutuo a fin de lograr el poder genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer. De esta manera, la violencia contra las mujeres está arraigada en la memoria colectiva de las comunidades individuales en diferentes lugares y ayuda a sacar a la luz problemas que estaban ocultos a los propios miembros o que simplemente no podían verse. Las investigaciones muestran que alrededor del 90% de las mujeres con problemas de drogas han sufrido violencia física o sexual. Las causas y consecuencias de la violencia de género afectan tanto a la salud física como a la mental y son complejas de evaluar, ya que oscilan entre el aumento del riesgo de deterioro de la salud y la posibilidad de acabar con la vida de la víctima.
Según la OMS, diversas formas de violencia contra las mujeres pueden provocar depresión, estrés postraumático, trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, trastornos de la alimentación e incluso intentos de suicidio, entre otros. La violencia contra las mujeres, incluida la violencia sexual o física, está asociada a muchos problemas de salud a largo plazo. La violencia y el abuso no solo afectan a las mujeres afectadas, sino también a sus hijos, familias y comunidades. Un sitio web del gobierno federal administrado por la Oficina de Salud de la Mujer de la Oficina del Subsecretario de Salud y el Ministerio.