Se desarrolló una estrategia de equilibrio de género para mejorar este aspecto y la situación de las mujeres a través de medidas organizativas específicas. Estas medidas pueden incluir medidas para aumentar la conciencia de género, promover el monitoreo y la rendición de cuentas y mejorar el entorno laboral a través de políticas de recursos humanos. Esto permitiría proporcionar alimentos suficientes para evitar que entre 100 y 150 millones de personas padezcan hambre, lo que reduciría los niveles de hambre en el mundo del 12 al 17%. Integrar una cultura de derechos humanos en la empresa mediante la implementación de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las empresas y los derechos humanos, con un enfoque particular en los derechos de las mujeres.
El impacto de la pandemia de la COVID-19 podría anular los limitados éxitos logrados en términos de igualdad de género y derechos de las mujeres. Según las investigaciones, las mujeres sufrirán los efectos negativos del cambio climático en la salud. Desde el aumento de la proporción de mujeres en puestos directivos y procesos de toma de decisiones hasta la redistribución del trabajo de cuidado y los recursos productivos, la transición a un futuro sostenible y equitativo desde el punto de vista del género exige que se tomen medidas hoy. Las mujeres también se ven más afectadas por el impacto económico de la COVID-19, ya que trabajan de manera desproporcionada en mercados laborales inciertos.
A nivel local, la participación de las mujeres en la gestión de los recursos naturales permite una gestión más equitativa e inclusiva de los recursos y mejores resultados de conservación. Todos los planes para combatir la COVID-19, así como todos los paquetes de recursos de recuperación y presupuestación, deben tener en cuenta el impacto de género de esta pandemia. Las empresas tienen acceso a la Guía Brújula sobre los ODS, un proyecto conjunto del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el WBCSD y la Global Reporting Initiative. La economía mundial depende del trabajo de cuidado no remunerado o mal remunerado, que realizan principalmente las mujeres.
Cree programas filantrópicos y becas para apoyar el compromiso de las empresas con la inclusión, la igualdad y la protección de las mujeres. Esto incluye inversiones para ampliar los servicios de atención y aumentar el apoyo a los cuidadores no remunerados. Una herramienta que proporciona conocimiento y formación, evalúa la situación actual de los derechos humanos de la empresa e identifica los riesgos y efectos más importantes. Capacitar a los proveedores en materia de igualdad de género y empoderar a las mujeres en la cadena de suministro para que adquieran nuevas habilidades profesionales.
Alrededor del 60% de las mujeres trabajan en la economía informal, lo que sigue exponiéndolas a la pobreza. El 75% de los alimentos del mundo proviene de solo 12 especies de plantas y cinco animales, lo que hace que el sistema alimentario mundial sea extremadamente vulnerable a las crisis ambientales, como los cambios en los patrones climáticos y los fenómenos meteorológicos extremos.